Avanzar en Edad como Proceso Alquímico

La Alquimia en sus inicios, consistía en la transmutación de carbón a oro y fue una ciencia que fascinó a la humanidad durante siglos. Más recientemente, se le considera una metáfora para el proceso de transformación personal que implica una evolución profunda y significativa.

Ahora, apliquémoslo a nosotros: desde el momento en que nacemos, nuestro cuerpo y mente comienzan a crecer y desarrollarse. Este proceso universal continúa hasta el último suspiro.

La familia, la sociedad, la religión y la educación van moldeando durante los primeros años cómo percibimos e interpretamos al mundo que nos rodea. Además, en cada humano (incluso en los animales) hay un Ser Esencial con características muy particulares y únicas. A veces lo llamamos de manera coloquial «caracter» o «personalidad». Todos sabemos esto, aún cuando no nos detengamos mucho a pensar en ello.

Al pasar de los años, vivimos experiencias felices y traumáticas en nuestra vida diaria. Nos enamoramos, vivimos duelos, viajamos, progresamos, fracasamos… Mientras tanto, somos testigos y en muchos de los casos, simuladores de patrones de conducta del entorno pero nunca dejamos de aprender.

Nuestros pensamientos y emociones se entrelazan y crean un intrincado Mundo lleno de riqueza interior, conocimientos, aptitudes, temores y formas de reaccionar. En el telón de fondo, hay un profundo anhelo de plenitud y constante búsqueda de significado. Cada momento que vivimos nos va expandiendo. Es así como avanzar en edad representa la acumulación de experiencias, aventuras y conocimientos.

Si nos paramos a pensar sobre el infinito potencial de todo esto, podríamos concluir que la historia de vida y cómo se va desarrollando dentro de ella cada ser humano es, de inicio a fin, un verdadero Milagro.

Ahora, agreguemos el poder de la elección a la ecuación: se exponencian significativamente las posibilidades de evolucionar, trascender y crear nuevas y mejores formas de vivir. Las elecciones que tomamos con los años, determinan positiva o negativamente no solamente nuestro propio rumbo, sino también el de todo lo que nos rodea. Un ejemplo de esto es que en la historia de la humanidad, ha existido un Einstein pero también un Hitler.

Cuando nutrimos valores como la curiosidad, la empatía, la auto observación, la disciplina, el amor o la resiliencia, estaremos definitivamente dirigiéndonos hacia un futuro más luminoso. No es gratis la importancia de lo que decidimos aprender, en lo que nos enfocamos y en donde ponemos nuestra intención. Por esto es beneficioso reflexionar al respecto e ir refinando nuestra capacidad de diferenciar entre lo que aporta o no valor a la vida.

Dependiendo de la dirección en la que nos encaminemos, avanzar en edad y particularmente durante la etapa de la madurez, nuestra constante capacidad de aprender junto con el propio potencial personal, pueden contribuir muchísimo en la mejoría no sólo de nuestra experiencia humana, sino también en la de los que nos rodean. Los años vividos, podrían ser un verdadero proceso alquímico que termina el día que partimos hacia nuestro misterioso destino.

«La segunda mitad de nuestra vida nos ofrece muchas posibilidades para el crecimiento: nunca tendremos un mayor poder de decisión, nunca contaremos con más lecciones de historia a nuestras espaldas de las que aprender, nunca detentaremos mayor resistencia emocional ni una comprensión más íntima de lo que nos sirve y de lo que no nos sirve, ni tampoco una convicción más profunda, y a veces también más desesperada, de la importancia de recuperar nuestra propia vida.»

“La otra mitad del camino: Dar sentido a la segunda parte de la vida», de James Hollis, J. David González-Iglesias, Antonio J. Martínez Pleguezuelos

Tanto la transmutación de carbón a oro, como el proceso de transformación personal implican enfrentar los miedos internos, experimentar, dejar ir lo que ya no sirve y avanzar una y otra vez hacia nuevas fases de la vida y alcanzar la mejor versión de uno mismo.

Vale la pena reflexionar no sólo sobre nuestro recorrido pasado, sino también sobre el propio potencial de crecimiento y transformación y en las posibilidades que tenemos por delante. Estamos en un momento que ofrece una enorme gama de opciones para seguir expandiéndonos. ¡Te invito a valorar, disfrutar, honrar y agradecer cada uno de los años que has vivido!

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